viernes, 24 de diciembre de 2010

La ganadería

El subsector ganadero adquiere en la actualidad una inusitada importancia entre las actividades primarias o agrarias, ya que durante el siglo XX se ha asistido a un desarrollo sorprendente de la ganadería que convierten a España en uno de los países más importantes de la Unión Europea. La evolución, que ha deparado que desde 1900 se triplique el número de vacas, se duplique la cantidad de ovejas y se multiplique por diez las cabezas porcinas, ha sido la siguiente:
-    el primer tercio del siglo XX se detecta una fase expansiva, con un importante incremento de la actividad y del número de animales;
-    en los años anteriores y posteriores a la Guerra Civil se asiste a una fase de recesión en dicho crecimiento dada la negativa coyuntura económica de la época;
-    a partir de los años sesenta empieza el impulso definitivo para la actividad, sobre todo en la ganadería bovina y porcina.
Este proceso es posible por la coyuntura económica nacional, que incrementa notablemente su demanda de productos cárnicos conforme aumenta el nivel de vida de su población. No son extraños, por lo tanto, los fuertes incrementos del ganado porcino, ni de las ovejas o las vacas, mientras que el declive más destacado es protagonizado por el ganado equino, cuya reducción es una consecuencia lógica de la generalización de la mecanización rural.
 Evolución del número de cabezas de ganado en España, 1907-1999

Miles de cabezas
Bovino
Ovino
Caprino
Porcino
1907
2.212
13.728
2.808
2.031
1999
6.204
23.934
2.639
22.597

Estas cifras convierten a España en el año 2000 como el segundo país ganadero de la Unión Europea: en ovino únicamente le supera Gran Bretaña, en caprino le aventaja Grecia, en porcino le supera Alemania, mientras que en vacuno Francia, Alemania, Gran Bretaña e Italia tienen cabañas superiores en número.
El incremento del consumo de carne nos ayudará a comprender la magnitud de esos procesos iniciados a finales del siglo XX: en la segunda mitad de la centuria la cantidad de carne consumida se ha decuplicado, lo cual ha generado los siguientes incrementos productivos: la carne de cabra se mantiene en cifras estables, la de oveja y vaca se triplican, la carne de cerdo multiplica por diez su cantidad, mientras que la carne de ave lo hace por cien.
Por último, en cuanto a la distribución geográfica de las actividades pecuarias debe señalarse lo siguiente:
-    el ganado vacuno, tanto de aptitud láctea como cárnica, se concentra en la España atlántica, en las dehesas salmantinas y extremeñas, así como en Catalunya pero bajo formato estrictamente industrial;
-    el ganado ovino asiste a una racionalización de las prácticas extensivas —la trashumancia se mecaniza, aunque tiende a desaparecer a pesar del paso anual por pleno paseo de la Castellana—, concentrándose el 50% de la cabaña en Extremadura, Aragón, Ciudad Real, Zamora, Sevilla, Navarra y Salamanca;
-    el ganado porcino, que experimenta los mayores crecimientos en número de cabezas, tiene pautas de localización divergentes, ya que las dehesas del W y SW peninsular acogen los restos de una práctica ancestral, mientras que el 50% de las cabezas se concentran en las granjas (ganadería industrial) de Barcelona, Lleida, Segovia, Murcia, Girona, Huesca, Castelló y Toledo. 

Polvo, niebla, viento y sol y donde hay agua una huerta. (Los paisajes agrarios)

Los paisajes agrarios
España se caracteriza por su diversidad de paisajes agrarios en función de tres factores:
  • El Clima:
  1. Ámbito atlántico húmedo, donde predomina la pradera natural y el bosque caducifolio;
  2. Ámbito mediterráneo seco, donde es tradicional el cultivo mediterráneo de secano (trigo-vid-olivo), junto a la presencia de árboles perennifolios como la encina o marcescentes como el quejigo o roble;
  3. Ámbito semiárido, donde las extremas condiciones de sequedad colocan a los cultivos e incluso al monte arbolado en sus límites de existencia.
  • El relieve y los suelos, de forma que encontramos montañas, campiñas y llanuras.
  • La propiedad, que provoca acusadas diferencias entre las explotaciones minifundistas y las latifundistas.
La agricultura española presenta una división nítida entre explotaciones de secano  y regadío. La mayor parte de la Península Ibérica se encuentra en un ámbito subtropical, por lo que la ausencia de agua en los meses cálidos, cuando mayor es la actividad vegetativa de las plantas y los cultivos, tiene que ser subsanada mediante el riego que, además, optimiza las potencialidades térmicas del clima.
El secano
Las plantas  herbáceas de ciclo anual (especialmente el trigo y la cebada) ocupan unas 13 millones de Hectárea. Comprende zonas como el valle del Duero, Castilla La Mancha, el alto y medio Ebro, el valle del Guadalquivir, la Campiña de Badajoz, las llanuras de Guadix y Baza (Granada), así como las cuencas de Vitoria y Pamplona.
El sistema de cultivo tradicional ha sido el año y vez, y practicando el barbecho asociado a las prácticas ganaderas, ya que los rebaños de ovejas se alimentaban de los rastrojos y abonaban de forma natural las parcelas. Otro sistema habitual, en este caso utilizado en el valle del Guadalquivir ha sido la rotación de cultivos trienal, mediante la sucesión de siembra de trigo-barbecho-rastrojo. En la actualidad el proceso suele ser trigo-barbecho-girasol.
Los secanos leñosos
Podemos hablar de:
El olivar ocupa 2 millones de Hectáreas en España, aunque prácticamente el 50% de la superficie se concentra en Andalucía, especialmente en Jaén. Esta agricultura suele presentar fuertes contrastes entre los latifundios y los minifundios, aunque en ambos casos es característico el monocultivo.
El viñedo ocupa 1.200.000 Hectáreas, aunque está presente por doquier en la Península por su mayor versatilidad climática. Castilla La Mancha concentra la mitad de la extensión del viñedo español y se convierte en el viñedo más extenso de Europa. El 96% de la vid se dedica a vinificación, aunque en los últimos veinte años del siglo XX su cultivo ha experimentado una reducción superficial de 450.000 Hectáreas como consecuencia de la entrada de España en la Unión Europea, que obligó a eliminar numerosos viñedos calificados como marginales. La explotación vinícola se caracteriza por su pequeña y mediana propiedad, ya que la mitad de las explotaciones son inferiores a 20 Hectáreas.
El regadío
En España se consideran tres grandes tipologías de regadío:
-    Los regadíos históricos, generados antes de 1900, que generalmente están asociados a cursos fluviales y que se ubican en grandes espacios llanos. A esta naturaleza corresponden 1,2 millones de Hectáreas;
-    Los regadíos de iniciativa estatal, que fueron creados durante el régimen Franquista, entre los años 1940 y 1970. Vienen a suponer 1,2 millones de Hectáreas;
-    Los regadíos de iniciativa privada, que son los más recientes y cuya particularidad es la captación de aguas subterráneas.
En cualquier caso, los riegos más rentables y productivos son los que se producen en la zona del levante y sur del mediterráneo, en la costa suratlántica y en las islas Canarias. Se practica en estas zonas una hortofruticultura intensiva en la que es frecuente la introducción de técnicas de riego localizado e invernaderos, aunque muchas veces la sostenibilidad de las explotaciones se ve comprometida por problemas ambientales diversos como la salinización o la contaminación de los acuíferos por nitratos procedentes de los abonos, fertilizantes, pesticidas y herbicidas..
El País Valenciano lidera las estadísticas españolas porque concentra, con su millón de Has. regadas, una tercera parte de los regadíos nacionales: 300.000 Has. de cítricos, 280.000 Has. de ciruelos, albaricoques, peras y manzanas, 260.000 Has. son hortícolas, mientras que 160.000 Has. se destinan a otros cultivos.
Por otra parte, los denominados regadíos extensivos se concentran en la España interior, donde los cultivos practicados son diversos: maíz, trigo, remolacha, patata, alfalfa, viñedo de calidad, frutales…
España atlántico-húmeda
La España húmeda no sufre los déficits de agua. En estos paisajes predominan las praderas naturales, aunque los relieves son quebrados y hasta montañosos por la evidente proximidad de la Cordillera Cantábrica. En cuanto a la distribución de la tierra, las explotaciones son marcadamente minufundistas y mayoritariamente familiares.
El policultivo intensivo especialmente destinado al autoconsumo ha sido tradicional hasta mediados del siglo XX, aunque en la actualidad se practican cultivos más comerciales como el maíz y la patata. Pese a todo, la nota característica de estos ecosistemas es la especialización bovina láctea, por lo que es frecuente incrementar las superficies destinadas a pradera. La otra tónica imperante es las repoblaciones forestales destinadas a la producción maderera.

AGRICULTURA ECOLÓGICA


La agricultura ecológica es aquella que evita el uso de productos químicos sintetizados como fertilizantes, pesticidas, antibióticos, etc. Su fin es salvaguardar el medio ambiente y obtener alimentos con todas sus propiedades naturales.
En España este tipo deagriculturaestá regulada desde hace 20 años. En 1989 se aprobó el reglamento de la “Agricultura Ecológica” que se ha aplicado hasta la aparición del reglamento de la CEE 2092/91 bajo el cual se engloban todos los paises de la Unión.
Para que un producto agrícola sea considerado ecológico debe estar producido a partir de materias primas tradicionales, su composición ha de ser natural y no se debe haber utilizado durante sucultivopesticidas químicos sintéticos.
El distintivo que permite al consumidor diferenciar a la hora de la compra los productos ecológicos es una etiqueta o contraetiqueta numerada y el logotipo del organismo de control correspondiente junto al literal “Agricultura Ecológica”.
La agricultura ecológica experimentó durante el  año 2009 un crecimiento importante, tanto en superficie como en número de operadores, según datos del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.
Según estos datos, la superficie dedicada a la agricultura ecológica ha tenido un incremento de 21,64por ciento; con un total de 1.602.870 hectáreas, frente a las 1.317.751 hectáreas dedicadas a este tipo de actividad en 2008.
Destaca, igualmente, el crecimiento del número de operadores, que alcanza los 27.627 frente a los 23.473 en 2008, un 17,70 por ciento de incremento, lo que supone un paso más en la consolidación del sector.
La característica fundamental de la Producción Ecológica en España es su diversidad, fruto de los diferentes ámbitos agrarios, sistemas de producción, climas y culturas existentes en nuestro país. Esto explica que la Producción Ecológica este presente en todas las Comunidades Autónomas, adaptándose en cada una de ellas a sus condiciones específicas.
Sobre los datos de 2009, se aprecia que la superficie ha aumentado de forma particular y en valores absolutos en Castilla la Mancha. Así la superficie total manchega inscrita como ecológica asciende a 246.076 hectáreas, lo que supone un incremento del 105,63 por ciento respecto a 2008.
Andalucía continua siendo la comunidad española con más superficie inscrita, ascendiendo en 2009 a un total de 866.799 hectáreas, que representan un aumento del 10,55 por ciento respecto al año pasado.
También destaca Extremadura, que con 115.018 hectáreas aumenta el 34,04 por ciento y Cataluña, que con 71.734 hectáreas incrementa un 15,09 por ciento; Aragón con 66.730 hectáreas actuales disminuye ligeramente respecto a 2008. Les siguen, en superficie, Murcia con 60.742 hectáreas, que aumenta un 61,55 por ciento, y la Comunidad Valenciana que con 38.754 hectáreas aumenta el 7,30 por ciento.
Las comunidades pequeñas o uniprovinciales también incrementan la superficie ecológica. Así, el País Vasco tiene 1.484 hectáreas; Madrid 6.043; Cantabria 5.796 y Asturias, que con 14.019 hectáreas en 2009 ha duplicado su superficie inscrita en dos años.
Por otro lado, la superficie agrícola ecológica cultivada ha ascendido en 2009 a 571.981 hectáreas, con incremento de 21,87 por ciento frente al año asado. Destacan los cereales con 183.458 hectáreas, que representan un 10 por ciento de la superficie total inscrita y el olivar con 127.040 hectáreas, que representa un 7,93 por ciento del total. Le siguen los frutos secos con 87.335 hectáreas y la vid con 53.958 hectáreas, que respectivamente aumentan el 24,65 y el 74,87 por ciento respecto a 2008. Otros cultivos pequeños en superficie, pero fundamentales por su dimensión económica son los frutales y cítricos y las hortalizas, tubérculos y las legumbres secas.

Operadores
En lo que se refiere a los operadores, su número en 2009 ascendió a 27.627, lo que supone un incremento del 17,70 por ciento. Ese número integra a 25.291 productores correspondientes al sector primario, a 2.465 elaboradores y de 93 importadores. Además, se han contabilizado 714 operadores como comercializadores «no importadores», fundamentalmente almacenistas e intermediarios.

Industrias ecológicas
El total de industrias transformadoras y elaboradoras de productos ecológicos en 2009, relacionadas con la producción vegetal, ascendió a 2.475. Por categorías, son 437 las industrias de Manipulación y Envasado de Productos Hortofrutícolas Frescos; 408 son Bodegas y Embotelladoras de Vinos, 297 Almazaras y Envasadoras de Aceite, 233
empresas de Panificación y Pastas alimenticias, 168 de Conservas y Zumos, 100 de Manipulación y Envasado de Frutos Secos, 96 de Preparación Aromáticas y Medicinales, 88 de Tratamiento y Envasado de Cereales y Legumbres, 78 de diversos Preparados Alimenticios, entre otros.
Destacan Cataluña con 518 industrias y Andalucía con 502; seguido de la Comunidad Valenciana con 349 establecimientos.




La P.A.C.

POLÍTICA AGRÍCOLA COMÚN


La aparición de la entonces Comunidad Económica Europea (Tratado de Roma de 1957), tuvo como uno de los objetivos esenciales el conseguir ser autosuficiente en producción agrícola y conseguir elevar la renta de los agricultores; estos objetivos se cumplieron allá por los años 60 y con los entonces países miembros, pero conforme se ha ido ampliando esta CEE, hoy Unión Europea (UE), las dificultades agrícolas han ido en aumento y las subvenciones que entonces eran abundantes para la agricultura hoy tienden a descender.

La PAC se creó en 1962 y contribuyó al crecimiento económico, garantizando el suministro de una amplia gama de productos alimenticios de calidad intentando que los precios sean razonables. La UE se convirtió en el primer importador y el segundo exportador de productos agrícolas a nivel mundial. Hasta mediados de la década de los 90, la PAC fue, a gran distancia, la política comunitaria más importante, especialmente desde el punto de vista presupuestario. Desde su puesta en funcionamiento ha sufrido contínuas reformas: 1973, 1992, 2000 y 2003.
El problema fue, que todo ello respondía a una situación de déficit, y que llegó un momento en que esto ya no ocurría, por lo qu al comenzar la Comunidad a producir enormes excedentes de la mayoría de sus productos agrícolas. Montañas de mantequilla, lagos de leche y vino que debían destruirse por no encontrar demanda interna o externa. Surgieron tensiones en las relaciones con terceros países, especialmente EEUU, inquietos por los efectos que estaban teniendo las exportaciones subvencionadas de la UE en el precio mundial y en su propia presencia en el mercado internacional. También hay que mencionar lo que supone esta política proteccionista para la agricultura de los países menos desarrollados. Los costes de esa política llegaron a ser inaceptables.
Las reformas que se introdujeron en la PAC en los años ochenta y noventa han permitido a la UE responder a las obligaciones que le incumben en virtud de los acuerdos de la Ronda Uruguay del GATT y las indicaciones de la OMC. El Acuerdo, de carácter recíproco, requirió una reducción de un 20% del apoyo interior prestado a la agricultura, un recorte del 36% del gasto presupuestario destinado a la subvención de las exportaciones y otra disminución de un 21% en el volumen de las exportaciones subvencionadas.

Hoy, plenamente incorporados a la PAC, podemos ver ventajas, tales como un mercado de 400 millones de consumidores y la recepción de Fondos estructurales, pero también inconvenientes, como las fuertes cuotas para determinados productos.
Hoy en día ha habido cambios importantes, tras la incorporación de nuevos países a la UE, y por ello han sido necesarias reformas importantes en la PAC. La de 1992 persiguió la reducción de los precios y la concesión de ayudas compensatorias, creándose los denominados Fondos Estructurales ( FEOGA, FEDER y FSE) que tenían como fin equilibrar las diferencias de desarrollo entre determinados países miembros. En el 2003 tendrá lugar la reforma denominada de Franz Fischler, que en síntesis perseguía:
  • una ayuda única por explotación, independiente de la producción;
  • vinculación de las ayudas al cumplimiento de las normas en materia de medio ambiente, seguridad de los alimentos, bienestar animal y seguridad e higiene en el trabajo;
  • más fondos para la política de desarrollo rural;
  • nuevas medidas de fomento y ayuda a los agricultores con vistas al cumplimiento de las normas en materia de calidad, bienestar de los animales y medio ambiente;
  • reducción de las ayudas directas a las explotaciones de mayor tamaño, a fin de generar fondos adicionales para el desarrollo rural y la financiación de nuevas medidas de reforma;
  • revisión de la política de mercado de la PAC:
    – reducción final de un 5 % del precio de intervención de los cereales y ayudas directas más elevadas para los agricultores del sector de los cereales;
    – una reforma más rápida y de mayor alcance en el sector lácteo, diferenciando los recortes de los precios de la mantequilla y la leche en polvo desnatada y manteniendo las cuotas lácteas hasta 2014/2015;
    – reformas en los sectores del arroz, el trigo duro, las proteaginosas, los frutos de cáscara, las patatas de fécula, las semillas y los forrajes desecados.

PERO AHORA VEAMOS LOS PROBLEMAS QUE NOS PUEDE TRARER EL SISTEMA  DE SUBVENCIONES:
Linea 900-14 de Febrero del 2008










Reforma de la PAC, PICAR AQUÍ

jueves, 2 de diciembre de 2010

El Sector Primario

La economía española ha experimentado en los últimos sesenta años una auténtica mutación. De hecho, entre 1960 y 2000 la economía nacional deja de ser agraria para pasar a ser fundamentalmente terciaria, con un paso previo marcado por una industrialización tardía. Y este proceso, que empieza a principios del siglo XX, llega acompañado por innumerables fenómenos sociales y territoriales que van a acentuar los desequilibrios en España: éxodo rural y desertización humana de vastos territorios, urbanización, inmigración masiva de población extranjera, abandono de paisajes rurales, tecnificación de la agricultura, etc.
La distribución sectorial del empleo refleja con claridad esta evolución, ya que si en 1900 casi siete de cada diez trabajadores estaban empleados en la agricultura y demás actividades agrarias, en la actualidad esa cifra no llega a uno de cada diez trabajadores, a pesar de los importantes ingresos que el sector primario aporta a la economía española, sobre todo mediante la exportación hortofrutícola o vinícola, por citar dos ejemplos.

Evolución sectorial de la población ocupada en España (% sobre el total)

1900 1930 1960 1970 1999
Sector primario 65,9 45,6 39,7 29,1 7,1
Sector secundario 16 26,5 33 37,3 30,8
Sector terciario 8,1 27,9 27,3 33,6 62,1

Estos cambios, se producen de forma paralela a la industrialización, mientras que la terciarización acaba por implantarse hasta adquirir un papel hegemónico desde los años ochenta del siglo XX. En la actualidad, seis de cada diez trabajadores está empleado en el sector servicios, que también es desde el punto de vista económico la rama de actividades más dinámica. Y como particularidad de este proceso cabe apuntar el trasvase que se detecta desde la población laboral agraria a la especializada en los servicios, que prácticamente se doble en los últimos treinta años del siglo XX.

Evolución sectorial del PIB en España (% sobre el total)


1964
1981
1993
Sector primario
17,9
6,4
3,5
Sector secundario
32,9
34
33
Sector terciario
42,9
59,6
63,5

En cualquier caso, el secano supone casi un 82% de la superficie cultivada (cereales, olivo y vid, - trilogía mediterránea-) mientras que el regadío apenas ocupa un 19%. En contraste, los secanos aportan un 30% a la Producción Final Agraria —valor total de los productos agrícolas en un año— frente a una cifra oscilante entre un 60-70% para el regadío.
Las tierras de regadío son fundamentales para explicar la vocación exportadora y eminentemente comercial de la agricultura española (plátanos, cebollas, cítricos, fresas, hortalizas…), no sólo por esos aportes adicionales de agua, sino sobre todo por la bonanza térmica que facilita el clima mediterráneo.
El área regada en España, de todas formas, se ha triplicado durante el siglo XX:
  • en 1900 se regaban 1,2 millones de Has. y el país contaba con 57 presas que podían almacenar 106 Hm3 de agua;
  • en 1940 la superficie regada era de 1,5 millones de Has.;
  • en el año 2000 la extensión de regadío había aumentado hasta los 3,4 millones de Has., el país dispone de 1.000 presas y una capacidad de embalsado de 55.000 Hm3.
La procedencia del agua de riego es de aguas superficiales (un 67,6%, es decir, 2,3 millones de Has.). Le siguen las aguas subterráneas  con un 28,2% de la extensión total (0,94 millones de Has.), mientras que las fuentes restantes apenas tienen relevancia: 3% es agua trasvasada —mención especial para el trasvase Tajo-Segura, Júcar-Turia y Júcar-Vinalopó—, 0,7% agua procedente de retornos —agua sobrante de otros riegos—, un 0,5% procede de depuradoras y, por último, un todavía insignificante 0,02% de plantas desaladoras.
Los mecanismos de riego cabe destacar que el modo utilizado mayoritariamente sigue siendo el riego a manta o por gravedad (59% de las explotaciones), sobre todo en aquellas explotaciones extensivas, mientras que las nuevas técnicas van aplicándose con lentitud: un 24% se riega por aspersión —la denominada lluvia artificial— y otro 17% mediante riego localizado o por goteo.
En los cultivos intensivos podemos encontrar los:
  • Frutícolas: España es el primer comerciante mundial con cítricos, ya que exporta anualmente más de 2,5 millones de Toneladas entre naranjas, mandarinas y limones. También tiene notable éxito la exportación de ciruelos, albaricoqueros y melocotoneros. El clima mediterráneo permite que esos frutos maduren uno o dos meses antes que en Europa, por lo que su salida comercial es inmejorable. Con las peras y manzanas no sucede lo mismo, por lo que son cultivos con un menor interés exportador.
  • Hortícolas: Centrados en las provincias de Valencia, Alicante, Murcia y Almería representan una de las agriculturas más avanzadas de Europa. En ocasiones es posible realizar hasta tres cosechas en una misma parcela durante un año —en invierno se cultivan coles, lechugas y coliflores, en primavera patatas, tomates y cebolla, para acabar en verano con patatas, tomates y judías, por citar varios ejemplos—, mientras que la ausencia de heladas permite producir hasta cinco cosechas anuales de lechuga en una misma huerta. Esto hace que las hortalizas españolas no tengan competencia posible en Europa entre otoño y primavera, es decir, en los meses más fríos en el continente.
El extremo de esa agricultura hortícola se alcanzado en los invernaderos, generadores del paisaje de plástico o de los mares de plástico que inundan Almería. Se trata de una agricultura tecnificada, que optimiza los recursos hídricos, especializada en productos extraestacionales con una salida comercial garantizada, con rendimientos elevados y continuos, que incrementa el PIB y que suele atraer y/o fijar población por su elevada demanda de mano de obra. Como contrapartida, ese estatismo de los invernaderos crea un impacto paisajístico que debe ser asumido porque las estructuras no permiten ver lo que se esconde bajo ellas, generando una imagen poco estética y muy contrastada con el medio natural que las rodea, con lo cual se entra en continuo conflicto visual, hiriente muchas veces para el foráneo. 




Tomate rosa en Barbastro (huesca) from david10 on Vimeo.